Un hombre perdió su hacha; y sospechó del hijo de su vecino. Espió la manera de caminar del muchacho, exactamente como un ladrón. Observó la expresión del joven, como la de un ladrón. Tuvo en cuenta su forma de hablar, igual a la de un ladrón. En fin, todos sus gestos y acciones lo denunciaban culpable de hurto.
Pero más tarde, encontró su hacha en un valle. Y después, cuando volvió a ver al hijo de su vecino, todos los gestos y acciones del muchacho parecían muy diferentes de los de un ladrón.
Lie Dsi
Abrazar el silencio
-
Un día como hoy, hace dos años, estaba en esta misma cocina, desde donde
escribo, cuando recibí esa llamada de mi prima desde Matanzas. Mami había
muerto. ...
2 comentarios:
Es genial
Perdón a mi no me trae bueno recuerdos MIRA
Salute!!
Publicar un comentario